Entre la bruma se podía distinguir a lo lejos la forma desmesuradamente
alta del ser tentacular que emergía de las oscuras aguas del pantano. ¿Qué loca
aparición era aquello? El ser oscuro continuaba acercándose demasiado rápido
para mi gusto. Mis piernas y las de mis amigos estaban paralizadas.
¿Porqué habíamos decidido abrir aquel tenebroso libro? Ahora, ya tarde por
lo que se observaba, nos arrepentíamos de haber repetido las ininteligibles
palabras que se encontraban en ese manuscrito.
Las profundidades del averno se volcaban hacia esta pobre tierra sin que
fuera posible pararlo.
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